Mariano Grondona: ¿Qué le va a pasar al peronismo con motivo de este cambio de situación? Me refiero al peronismo post kirchnerismo, ¿diáspora o éxodo? Ya que usted es el pionero de ese movimiento de abandono del kirchnerismo, ¿está a tiempo Scioli de sumarse a esa legión?
Solá: La mayoría de los que quieren conformar un futuro diferente, están a tiempo. Hay problemas centrales en un momento muy difícil para el país en general, pero los armados políticos tienen una íntima relación con la vida cotidiana y la existencia de un futuro es lo que mejora el presente porque todo adquiere un sentido.
Pensamos que el sentido que había que tener es: reducir las posibilidades que Kirchner siguiera conduciendo el peronismo a nivel nacional y en 2008 quedó demostrado que su conducción tenía un destino peor que incierto. Esa ha sido la lucha.
Pero eso no quiere decir que haya renunciado a ninguno de mis principios, ni he renunciado a algunos logros del gobierno de Kirchner sobre todo, porque no ha tenido logros el gobierno de Cristina Kirchner. Hay que retomar el sendero del crecimiento, y la política tiene mucho que ver con retomar el sendero del crecimiento.
La gente tiene que poder tener un lugar que conforme una masa crítica donde poder juntarse, rearmarse. Todas nuestras vidas son un desarmarse y rearmarse, según como se las mire, en muchísimos temas personales, familiares, laborales, se desarma o tiene un camino incierto en un momento dado y readquiere certidumbre rearmándose, encontrando un lugar. Encontrar ese lugar es política, es unirse. La mayoría del peronismo necesita un lugar.
Scioli ha tenido algunas manifestaciones de mínima independencia, no es tan fuerte la independencia de poder recibir a los agropecuarios provinciales, tampoco ha recibido a la Mesa de Enlace y una visita a la Exposición Rural… Creo que tenemos un nivel de autocensura muy grande, ha hecho un gesto revolucionario, ¿qué hizo? fue a ver los toros o a la maquinaria agrícola, si se quiere. Francamente no es para tanto.
Lo que sí creo es que a Scioli, que tiene el mandato de gobernar Buenos Aires, muy difícil financieramente hablando, quién le va a negar su futuro político? Pero “creo yo” que se ha acotado a un futuro provincial.
MG: Recordando la época de los ’70, yo creo que no ha habido nada peor en la historia que declarar que el otro es irrecuperable.
Solá: Eso se llama, el gobierno que se pone en juez. Un gobierno que en lugar de gobernar hace fallos sobre los demás. En general, el grave error de ese sistema de concepción de la política es que no se hacen fallos sobre una persona o grupo sino sobre una parte del pueblo Argentino.
Yo no hablaría en términos genéricos, diría por ejemplo: el manejo de la década del ’90 por parte de Kirchner fue “de eso no se habla”, e inclusive también les podría decir “y todos los que están conmigo que estuvieron durante esa década no pueden hablar de eso, tienen que ocultarlo.”
Pero Kirchner votó por Menem en el ’95, como millones de Argentinos y se equivocó, él dice que se equivocó. ¿Y alguien lo va a apartar por eso? De ninguna manera, y si Kirchner negoció cuestiones en el ’97 o en el ’98 que necesitaba para Santa Cruz, alguien lo va a apartar por eso? No, de ninguna manera. Yo no creo que haya autoridad moral para decir “vos no”, no veo ese juicio como un dato político feliz.
MG: Ningún movimiento político puede darse el lujo de desconectarse de lo que está pasando en la sociedad. Ud., como dirigente político, tendría que decirnos, ¿cómo se ve el futuro? Porque hay mucha gente que está contenta porque perdió Kirchner pero siente la incertidumbre de ¿a dónde vamos?
Solá: En primer lugar yo quisiera que a mí me vieran, sobre todo los peronistas, sean o no kirchneristas, como un elemento peronista, que esté donde esté, va a llevar adelante ciertas ideas generales que he llevado adelante en mi vida. Imagínenme como “peronista, peronista” esté donde esté.
Con respecto al futuro, este país debe ser gobernable durante los próximos dos años por Cristina Fernández de Kirchner. Para eso, el rol nuestro es importantísimo. La gobernabilidad depende fundamentalmente de su gobierno, pero también de la oposición.
El otro rol es, darle vida al parlamento. Durante el primer semestre no la hubo, el año pasado tuvo bastante vida, sobre todo después de que empezó la discusión del agro. Para darle vida al parlamento hay que sumar.
Van a haber 16 legisladores del PRO, 4 legisladores de De Narváez y un grupo, que está conmigo y que debe ampliarse fuertemente como peronismo disidente o no kirchnerista, y que debe sumar. Esto NO quiere decir que lo deba conducir yo, que debe sumar generosamente y después se verá quién lo conduzca, a otros... A Rodríguez Saa, a Reutemann, a los cordobeses que vienen de De la Sota y de Schiaretti, a los entrerrianos…
MG: No va a formar el grupo Unión Pro, va a ser un peronismo fuera de De Narváez.
Solá: No, va a ser posible que trabajemos con Unión Pro como Interbloque, pero para eso tenemos que ser quienes somos, tenemos que ser los peronistas no kirchneristas.
MG: Pensando en un bloque como el que fue en la lista, Unión Pro, ¿no va a existir como tal en la cámara?
Solá: Puede haber un Interbloque, es decir, un bloque del Pro y un bloque de peronistas, que se unen en un Interbloque.
MG: ¿Cómo es su relación con De Narváez?
Solá: Normal, yo tengo más preocupación por lo parlamentario, a lo mejor, que él. Yo pretendo que sea una relación de alianza de igual a igual, no hay un 1 y un 2. Aunque en los hechos, muchas veces, por cuestiones de propaganda, prensa, etc., se intente poner un 1 y un 2. Yo no me considero el 2 de nadie, en este momento.
MG: Bueno, Ud. No se considera el 2 de nadie pero Ud. Tuvo un gesto que yo elogié acá, por eso lo puedo elogiar ahora delante suyo.
Ud. Supo ponerse 2 en la lista, es un acto infrecuente en la política, porque acá todos queremos cartel y Ud. Dijo “Bueno, si tengo que ser 2 en la lista, voy a ser 2”, para mí fue una actitud digna de admiración, porque si vamos a pasar a ser una república esas actitudes tienen que empezar a proliferar.
Fíjese lo que ha pasado entre Lilita y Margarita, por ejemplo. Tenemos que empezar a saber compartir también, no? Porque para que haya una alianza o coalición, alguien tiene que ser el 1, alguien el 2 y alguien el 3.
Solá: Si yo no integraba ninguna lista y me quedaba como diputado 2 años más, que podía hacerlo, la lista de Francisco De Narváez no iba a tener un sello peronista y no iba a haber un espacio para que muchísimos peronistas de la provincia de Buenos Aires votaran diciendo, “yo estoy votando a mí peronismo, que no es kirchnerista”, entonces yo tenía que estar.
Pero además hay otra cosa, a mi me parece que para que cambiara el país había que ganarle a Kirchner, para que empezara a cambiar el país. Por otro lado, yo no podía ir sólo tampoco, porque eso generaba una partición que aseguraba el triunfo de Kirchner. Esos fueron mis planteos. Es mucho más apasionante la capacidad de construir política, que el tratar de ser cabeza de ratón.
MG: ¿Aparece hoy la posibilidad de un peronismo republicano, que no sea verticalista?
Solá: La República es la forma que tiene que elegir el peronismo para recrear, de manera absolutamente implícita, no explícita, una alianza de clases entre los humildes, los pobres, los desclasados, los que están afuera y los trabajadores con una clase media que exige república y que si no se alía con los peronistas de siempre, no nos va a permitir hacer lo más importante que hay que hacer en este país, que es crecer y empezar a incluir excluidos.
Hay millones de personas excluidas y eso hace inviable, en muchos casos, el país. La República es una necesidad que plantea, no solamente la ética sino también la alianza de clases.
MG: Pensando en su futuro, el 10 de diciembre Ud. Asume, conforma un bloque , va a convocar a Reutemann, Romero…
Solá: No voy a convocar, porque la palabra “convocar” supone ponerse por arriba. Voy a trabajar para que no seamos 5 bloques. El que convoca se pone en una actitud de “venid a mí”. Voy a trabajar junto con otros y si hay otro que convoca con más éxito me acercaré al otro.
MG: ¿Va a aspirar a una interna en el 2011y ser candidato a presidente del peronismo?
Solá: Dios dirá. Mi trabajo de ahora no es pre anunciar que voy a ser candidato a presidente porque voy a alejar a muchos peronistas que podrían venir y además porque no sé si voy a poder. Me parece un error pre anunciar candidaturas. Lo que hay que hacer es juntarse, porque no somos tantos en el parlamento, estamos hablando de un Interbloque que en el mejor de los casos seríamos 50, como mucho.
MG: Los que hemos vividos los episodios de estos últimos años tenemos que superar a dos fantasmas, el más reciente que es el del hegemonismo, el autoritarismo, de Kirchner. Pero hay otro fantasma que es el de la Alianza, ojo, es decir, que el que la cosa se disperse, que no quede en nada, también es un peligro.
Solá: Absolutamente, y yo creo que los rastros de la memoria del 2001 son más fuertes que los rastros de la memoria del kirchnerismo. Es más fuerte el temor al 2001, a la falta de sentido para una comunidad, y el miedo.
Tal vez lo que salvó a la Argentina fue que el miedo, actuó como un factor de cohesión en ese momento. Esa es la cicatriz más fuerte de la ciudadanía Argentina hoy, más fuerte que la del problema del kirchnerismo. El problema del kirchnerismo no estaba vinculado al temor sino al hartazgo, es un sentimiento un poco menor pero fuerte también.
Uno no puede decirle a alguien “Fulano, correte de la política”, en realidad es “correte de la conducción”, lo que se discute no es la existencia ni el liderazgo, sino la conducción.
MG: Va a tener que haber un nuevo peronismo, continuando una tradición que ya tiene 60 años pero planteando las cosas de otra manera.
Solá: Hay una gran discusión pendiente. La mirada setentista sobre la vida Argentina, en un momento dado redujo la visión de la Argentina a una cuestión muy simplista, a una cuestión de minoría, eso es lo más grave.
Cuando Kirchner habla, el 15 de Julio en la Plaza de los dos Congresos, habla más que nunca con códigos, no setentistas, sino casi cincuentistas. Porque el clima que intenta crearse en ese momento, es un clima de destitución parecido al del Golpe del 16 de Septiembre. Se intenta crear ese clima ante unos 50.000 militantes, que vivían ese clima o lo creían, yo creo que era honestamente sentido.
Decían “vienen por nosotros” y del otro lado había 250.000 personas en el monumento a los Españoles. El setentismo como mirada sobre la vida Argentina del 2009 ó 2008 es una mirada por el orificio, por una ventanita, la Argentina cambió muchísimo más. La democracia le da oportunidades a todos.
MG: Como conclusión, a mi me parece que, nos guste o no, TODOS, estamos viviendo una etapa fundacional Felipe, estamos viviendo una nueva etapa que todavía no está definida.
Solá: No está definida, yo siento exactamente lo mismo. Creo que se convive con la incertidumbre, pero puede ser una epifanía, porque el registro del 2001 nos aleja de volver a caer en el desastre.
Por eso digo que a este gobierno hay que ponerle el hombro para que tenga gobernabilidad en los años que quedan. Caminar por ese sendero complejo de decir hacia dónde quiere uno que vayan las cosas, pero también quién manda. El ejecutivo manda y el parlamento tiene que decir hasta dónde, sí y hasta dónde, no. Eso hay que re aprenderlo.
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